Fuentes allegadas a César Mateos, el bombero herido hace unas semanas cuando una banda de ladrones intentó robar su camioneta en el centro de Longchamps, confirmaron que el bombero murió esta tarde tras sufrir muerte cerebral, en el sanatorio IMA de Adrogué, adonde llegó con dos heridas de bala en la cabeza.
Así lo confirmaron a este medio fuentes cercanas a Mateos, que cumplía funciones como suboficial principal en el Cuartel de Bomberos de Glew. Un allegado informó a este medio que el diagnóstico de muerte cerebral estaba confirmado desde la noche del viernes y que hace instantes confirmaron el fallecimiento del bombero.
La también llamada muerte encefálica es el cese completo e irreversible de la actividad cerebral o encefálica, más allá el que el paciente presente funciones activas en el corazón y la respiración. Tras entrar en la noche del viernes en ese proceso su estado fue irreversible.
“Hermano…. tenemos fe… son momentos críticos….lo se..Pero si hay vida hay esperanza ! Seguimos caminando juntos y a la par…. rezo por vos… Te amo her !!”, había escrito Myriam, la hermana de Mateos, en su perfil de Facebook. Un rato antes había escrito en esa misma red social: “Hermano, se nos presento una nueva batalla ….de donde también saliste. Se que la seguís peleando. Vamos her… te amo!!”.
Se sabía que los médicos habían logrado descomprimir la presión en el cráneo del bombero, pero que había perdido un ojo y tenía serio riesgo de perder el otro. La esperanza, sin embrago, había llegado después de una cirugía a la que Mateos había respondido satisfactoriamente, aunque continuaba con respiración mecánica asistida a pesar de tener el diagnóstico de muerte cerebral.
“Para ser bombero hay que estar loco”, había dicho alguna vez César Mateos, el hombre que había resignado horas de estar con su familia, horas de descanso y de actividades para cuidar a los demás por puro amor al prójimo.