En una extensa jornada, se desarrolló en los tribunales de Lomas de Zamora la segunda audiencia en el juicio oral por el crimen de Susana Leiva, ocurrido en 2013. La víctima fue golpeada, quemada, acuchillada y estrangulada, y su cuerpo fue encontrado en la cámara séptica de la casa.
Alberto Ponce, el único acusado por el femicidio Leiva, pareja y padre de uno de los hijos admitió que enterró a la víctima en su casa de Temperley pero no recuerda que paso.
Según relató, el día de la muerte de Susana, él llegó “un rato antes de trabajar porque había ido en auto”. “En el camino me compré dos bolsitas de cocaína que tenían más o menos dos gramos y me tomé una en el auto. Cuando llegué a casa no quería entrar. Estaba todo apagado y los chicos –un hijo que tuvieron con la víctima y otro hijo de la mujer- dormían. La vi a Susana acostada y me fui al baño a tomar la segunda bolsita de cocaína”, detalló.
“No nos saludamos y me acosté. Ahí ella retomó una discusión que yo no quería tener, que había sido porque ella dijo unos días antes que ´iba a tirar a la basura´ a nuestro hijo. Me quería dormir. Al rato, siento que ella me seguía gritando pero que la voz de un hombre me decía que iban a matar a mi hijo y a mí. Se me tiran encima y me atacan con algo largo. Yo ahí me di vuelta porque tenía miedo de que me mataran. Me pegaban y me puteaban”.
Luego, precisó que “estaba asustado y descontrolado por los efectos de la droga” y que su mujer “no hablaba más”. “Le pregunté si estaba bien, le hablé con más intensidad, le mojé la cara, pero no respiraba”, apuntó.
Ponce indicó que “ella tenía el cuello morado” y dijo que en ese momento pensó que “estaba desmayada”. “Le tomé el pulso y no tenía. No supe que hacer. Me bloqueé. No quería despertar a los chicos ni a mi mamá, así que salí al patio tratando de pensar qué hacer”, apuntó.
El acusado explicó cómo fue que el cuerpo de Susana apareció en el pozo ciego de la vivienda ubicada en Blanco Encalada al 200 de la localidad de Temperley. “Nosotros teníamos un pozo ciego tapado con chapa y opté por esconderla ahí para que los nenes no la vieran”, describió .
Tras las declaraciones del acusado y otros cinco testigos, el procedimiento continuará el lunes 23 de mayo, a las 11.
Cabe recordar que la familia de la mujer, que vive en Glew, había denunciado la desaparición el 19 de julio de 2013. Cinco días después, el cadáver fue encontrado en el pozo ciego de la vivienda que compartía también con sus dos hijos en la localidad lomense. Ponce fue detenido a pocas horas del hallazgo.
De acuerdo a la autopsia, Susana fue estrangulada y recibió cuatro puntazos en el abdomen. Además, presentaba golpes en el rostro y quemaduras de cigarrillo. Si bien, en principio se trató como un caso de homicidio simple, con el avance de la investigación, solicitaron que se evaluara como un femicidio y un homicidio agravado.