Desde Plaza Houssay hasta Plaza de Mayo, con una parada en el Ministerio de Educación de la Nación, una multitud de estudiantes y docentes se movilizó ayer para reclamar una “justa recomposición salarial” en el caso de los docentes y para defender la educación pública universitaria en el caso de todos, desatada a partir de que los rectores de 14 universidades nacionales pidieran un ampliación del presupuesto para poder afrontar los gastos corrientes tras el tarifazo.
“Los alumnos no pueden cargar la Sube y se movilizan por el boleto. Los docentes no llegan a fin de mes y el gobierno ofrece un aumento del 15 % desatando el paro de actividades. La paritaria no docente está en debate. Las autoridades universitarias dicen públicamente que no pueden pagar la luz, el gas y el agua. En solamente 5 meses el rechazo a la política universitaria de Cambiemos reunió y movilizó a todos los sindicatos y a todos los claustros. Solamente durante el gobierno de Juan Carlos Onganía en 1966 había logrado algo semejante y culminó en el Cordobazo de 1969″, sintetizó Aritz Recalde, docente de la Universidad Nacional Arturo Jauretche de Florencio Varela y de la Universidad Nacional de Lanús, donde también es secretario de Extensión Académica.
La manifestación fue convocada por todas las Federaciones Docentes Universitarias (CONADUH, CONADU, UDA, CTERA FAGDUT, FEDUN), y más de 15 federaciones estudiantiles.
En un comunicado de prensa, la Federación Nacional de Docentes, Investigadores y Creadores Universitarios indicó que la marcha se realizó en defensa de los salarios, por el boleto educativo, por más becas para los estudiantes y por mayor presupuesto educativo.
“Llevamos 18 días reclamando por nuestros salarios, 18 días de protesta sin respuestas por parte del Gobierno. La marcha es un paso cualitativamente superior porque la consigna que nos unifica a docentes, no docentes y estudiantes es la defensa de la Educación y de la Universidad Pública”, resaltó el secretario general de CONADUH, Luis Tiscornia.
Recalcó que “está claro que el problema pasa a ser la defensa de la Universidad Pública ante una política no sólo de imponer reducciones salariales, sino también ahogo presupuestario y eso compromete a la docencia, a la enseñanza y a la investigación”.
Desde la Federación de Docentes de las Universidades (FEDUN), Miguel Briscas, fue en reclamo de una “justa recomposición salarial” y “por la adecuación del presupuesto universitario”. La última oferta del Gobierno es un aumento del 31 por ciento, a cobrar un 15 por ciento en abril (no retroactivo a enero, febrero y marzo) y un 16 por ciento restante en diciembre, que recién llegaría al bolsillo docente en enero de 2017. Los docentes rechazaron de plano esta oferta. “No vamos a firmar un acuerdo que nos dé un 16 por ciento de aumento que recién vamos a cobrar en enero”, insistió.