Con trenes colapsados desde temprano por la drástica reducción de las frecuencias, los pasajeros de Almirante Brown que cada mañana deben viajar a Plaza Constitución ya empezaron a sentir la falta de trenes y se sucedieron algunos episodios no deseados como golpes entre pasajeros en la estación de Longchamps. La frecuencia es de 20 minutos.
Varios pasajeros contaron que debieron esperar una hora para tratar de entrar en el tren, sobre todo a quienes pretendían subir al tren en las estaciones de Glew y Longchamps. Debieron entonces usar el ingenio y perder tiempo en viajar hasta Alejandro Korn para tratar de obtener un lugar, no ya un asiento.
La estación de Burzaco mostraba andenes colmados desde las primeras horas en que circulan los trenes, pero el número de personas se mantiene constante durante la mañana. El cuadro se repite en las demás estaciones de Almirante Brown.
Los colectivos especiales que unen Constitución con Temperley, funcionan entre las 6 y las 10 y desde las 14 hasta las 20.
Ya no se trata de viajar cómodos sino de tratar de conseguir 30 centímetros cuadrados en algún lugar del tren para tratar de llegar a tiempo a adonde uno deba ir. Y así será durante las próximas tres semanas en que la empresa Trenes Argentinos ejecuta una obra sobre un viaducto en Barracas, por la cual redujo casi a la mitad los servicios de todos los ramales que atraviesas ese cruce.
Por su parte, los servicios adicionales de colectivo circulan desde Temperley, Lomas y Banfield, en algunos casos con bastante espacio. En Temperley, en Santa María de Oro y Cangallo; en Lomas los colectivos paran en Balcarce y Av. Alsina y luego tienen paradas en Maipú y Alsina, de Banfield, y también en Lanús.