A exactos seis años de haber pisado por primera vez una unidad penal con su proyecto de lectura, la periodista oriunda de Burzaco y militante por los derechos de las personas privadas de su libertad, Ana Sicilia, presentó en la tarde del martes su primer trabajo “Libros tras las rejas”, un libro que narra su experiencia dando talleres en penitenciarías hasta la creación de una fundación.
Sicilia se metió en cuerpo y alma con un tema del que nadie habla: la reinserción de los presos y el evidente fracaso del sistema carcelario. Empezó reuniendo libros y llevándolos a los penales durante sus talleres y creó el año pasado la Fundación AS. La acompañaron Florencia Codagnone, Carla Lorenzo y Hernán Lijo.
“Cuando era chica no tenía biblioteca ni libros en mi casa en Burzaco. Para mí el libro era un objeto de deseo”, recordó Ana en una charla el año pasado. “Siempre les cuento a los presos de dónde vengo a modo de presentación de cuál fue mi realidad”, reveló la joven que la semana pasada fue premiada con el Alfaparf Alta Moda, un reconocimiento a distintas mujeres que a través de su trabajo son modelos de inspiración y superación.
Más de 8000 libros entregados, espacios literarios en penales de todo el país y un vínculo renovado con aquellos que piensan su vida detenida y un destino ya signado por una condena o un procesamiento. Sicilia llevó más allá su labor, dio un paso más allá de la relación entre los internos y los libros no se sintetiza en la entrega de los mismos sino en establecer espacios de lectura y talleres vinculando docentes y trabajadores sociales.
En su presentación, Ana habló no solo de la importancia de la lectura, sino también de los libros como un lugar para habitar, un espacio en el cual cada lector completa la obra y busca más allá del significado y las formas estilísticas.
La Fundación AS recibirá las regalías de la autora y de la editorial para continuar la tarea de difundir la lectura y generando espacio en las cárceles y fuera de ellas, porque Sicilia quiere también sumar bibliotecas en barrios populares. Ya lo hizo en Florencio Varela en un espacio público en el cual sembraron 12 árboles de palo borracho.