Entre los grandes atractivos culturales que tiene el distrito de Almirante Brown, se destacan tres imponentes castillos; el castillo Castelforte en Adrogué, el castillo de Claypole y el castillo Gassiebayle abandonado en Longchamps. Todos de diferentes estilos y de diversas épocas, con su espíritu particular y sus misterios y leyendas.
Castelforte: túneles secretos en Adrogué
En la calle Rosales al 1521, a metros de Plaza Brown, en el centro de Adrogué, está una de las construcciones más pintorezcas de Almirante Brown: el castillo Castelforte. Es que la mansión, construida en 1874 por el ingeniero italiano José Canale, está inspirada en un palacio bizantino del siglo XIII, de la antigua Villa Castelforte, ciudad donde nació su creador. Aquí vivían sus veranos los Canale.
Aunque no existen pruebas al respecto, se supone que sus túneles conectaban la Iglesia, la Municipalidad, la comisaría y la estación de trenes. Pero cuando su propietario murió en l883 y su viuda lo vendió para regresar a Italia junto a sus hijos, el terreno pasó por distintas manos hasta que finalmente se loteó en parcelas.
Los túneles sólo se conservaron en el predio de Castelforte, porque en la medida que se fueron loteando los otros terrenos, al no tener mantenimiento, se hundieron y fueron rellenados. ¿Pero, para qué servían los túneles? Tal vez como una forma de escape o de resguardo ya que, en 1870, también se guardaban armas.
Actualmente, el predio de Castelforte está en manos de la Asociación Nativos de Almirante Brown, quienes se encargan de la conservación del edificio y de reconstruir su historia a partir del museo y las recorridas por el túnel subterráneo que sobrevivió desde su compra en 1983. Más info: https://www.instagram.com/asociacion.nativos.altebrown/
El castillo de Claypole, envuelto en misterios
Ubicado en un extenso parque sobre la calle Manuel Araujo entre Atilio Supparo y Estanislao del Campo, en el límite de las localidades de Claypole y Ministro Rivadavia, el castillo refleja su fachada de palacio veneciano del siglo XII.
Su construcción data del 1800, y solía estar delimitado por muros y rejas que con los años fueron desapareciendo. Quienes tuvieron la posibilidad de conocerlo en sus principios por dentro, destacan los detalles que, pese al paso del tiempo, se mantienen intactos. Amplias galerías, molduras onduladas, ventanales amplios, techos de pizarra, puertas de madera maciza y sus farolas.
También oculta misterios y tiene túneles debajo suyo, lo que da pie a cientos de mitos: uno de ellos dice que, a través de los pasadizos, uno puede llegar hasta las localidades de Burzaco y Longchamps. Otros dicen que se puede ir hasta la Municipalidad y a la estación de trenes de Adrogué.
Otra de las leyendas, cuenta que fue propiedad de Juan Darte, el hermano de Eva Duarte de Perón, y que hasta el mismísimo Juan Domingo Perón, años después, pudo pisar este increíble lugar.
El castillo Gassiebayle de Longchamps
Lo que queda de la edificación, que es casi nada, se ubica en la calle Carlos Dihel al 2500. Lo llamaron también como “El Mirador” porque, Maria Laplacette de Gassiebayle, construyó el enorme castillo con una torre de unos 30 metros de los que se veía desde allí casi todos los alrededores. Eran tres plantas de unos 10 mil metros cuadrados.
El famoso castillo que hoy solo unos pocos recuerdan, tenía a un costado una cancha de paleta que por mucho tiempo fue usada por los chicos cuando se convirtió en un lugar abandonado. Según se sabe, la propiedad que tenía una pileta de natación redonda y elevada y a su alrededor afloraba una gran cantidad de árboles, fue heredada por hijos y nietos de la mujer que decidieron venderla en 1974 a la Sociedad Mutual de La Armada.
Sus dueños vivían en la ciudad de Buenos Aires y llegaban en tren a Longchamps, los esperaba el encargado con la volanta de caballos. Era la casa de fin de semana de los Gassiebayle, de la hoy quedan unos pocos recuerdos.