El empresario hallado descuartizado adentro de una valija en un arroyo de Ingeniero Budge, partido de Lomas de Zamora, tenía deudas millonarias, varias de ellas de juego, por las que había recibido cerca de 200 mensajes amenazantes que son ahora investigados por la Justicia para esclarecer el asesinato.
Con el fin de dar con el o los asesinos de Fernando Pérez Algaba (41), personal de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Lomas de Zamora se encuentra recabando testimonios de amigos, familiares y allegados al empresario, quien fue asesinado de al menos dos disparos y su cuerpo apareció descuartizado en el Arroyo del Rey.
El empresario “tenía más de 200 mensajes amenazantes en su celular de distintas personas“, por lo que los investigadores avanzan en las declaraciones, aunque muchos de los testigos no aportan datos por “temor”.
Uno de esos mensajes lo dejó Gustavo Iglesias, barrabrava de Boca, en el teléfono del descuartizado: “No vas a contar plata nunca más en tu vida. No te voy a matar, voy a hacer algo peor: te voy a sacar los ojos y te voy a cortar las manos”, dice en un llamado que duró 40 minutos.
Pérez Algaba “era inteligente, empezó de muy de abajo y empezó a ganar buena plata. Se cebó y como tenía amigos y conocidos de guita, comenzó a moverla en el circuito hasta que un día perdió y empezó deberle a mucha gente. No hay una cifra precisa, pero se habla de entre tres y diez millones de dólares” y agregó que “en su celular hay más de 200 mensajes de amenazas de distintas personas”.
“Una hipótesis es que lo mataron en Ituzaingó, en un lugar que aún no está establecido, y de allí lo transportaron en una valija hasta la zona de la feria La Salada en Lomas, donde no hay cámaras de seguridad“, precisó un pesquisa.
En tanto, otra línea investigativa apunta a que Pérez Algaba se presentó en un barrio privado de la localidad de Ituzaingó para realizar un negocio inmobiliario que le iba a reportar un dinero “importante” y que desde allí desapareció.
Los investigadores se encuentran analizando una serie de posteos realizados por la víctima en redes sociales y mensajes que mantuvo con otras personas por WhatsApp, especialmente con un hombre que le reclamaba el pago de una deuda cercana a los 70 mil dólares.