Se llama María Elsa Giménez, tiene 73 años, vive en Longchamps y hace tan sólo 7 meses que atravesó la última operación por un cáncer de mamá que, felizmente, en medio de su recuperación, le permitió saber una cosa: hacer ejercicio y correr hasta participar de maratones.
Todo comenzó cuando su nieta Ludmila, que es personal trainer, le insistía para que comience a entrenar, pero Elsa, cuidadosa, tomó la gran decisión una vez que su médico le dijo que podía. Empezó con ejercicios suaves y ahora “anda super activa, levanta peso y trota sin problemas”, dice su nieta.
“Es una manera de decir que sí se puede, a pesar de que a veces haya malas noticias”, aseguró María Elsa.
Un día la vecina de Longchamps se acercó por invitación de Ludmila a ver cómo eran las maratones y ahí, simplemente supo que eso era lo que quería. Al tiempo, se encontró corriendo sus primeros 4 kilómetros en la maratón de “Lomas se Conecta” para luego participar de “Malvinas, soberanía y memoria”, donde superó 3 kilómetros.
“El día que me enteré que tenía cáncer, volví en tren a mi casa y en Constitución me compré un panchito y una coca. Vine tranquila porque yo sabía que iba a estar todo bien, que Dios solo me estaba dando una prueba. Y así fue“, contó Elsa a El Diario Sur.
Además de ser una luchadora, es una súper abuela: “Mi abuela es pura motivación, nos inspira a seguir y pelearla. Incluso cuando estamos en la carrera, la veo y digo ‘si mi abuela puede, yo tengo que poder”, contó Ludmila.