El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 10 de Lomas de Zamora condenó a un hombre a la pena de 12 años de prisión por rociar con alcohol y prender fuego a su pareja en su casa de Rafael Calzada, en diciembre de 2011.
Maira Maidana (35) fue rociada con alcohol y prendida fuego por su pareja, Maximiliano Penzzi, en un hecho ocurrido en 2011. Luego de 12 años de espera se realizó el juicio oral en los Tribunales de Lomas de Zamora y este miércoles al mediodía se conoció la sentencia.
En su alegato el fiscal Jorge Bettini solicitó a los jueces del TOC 10 la pena de 12 años de prisión para Maximiliano Penzzi (34) por el delito de homicidio agravado por alevosía en grado de tentativa. La calificación legal se debe a que al momento del hecho no estaba vigente el agravante “relación de pareja”.
Fuentes cercanas a la causa informaron que para subir la pena se valoraron como agravantes la crueldad, las consecuencias de la salud de la mujer y el vínculo afectivo. Maira tuvo 69 operaciones y debió pasar dos meses y medio en terapia intensiva. Además de que sufrió la pérdida de un ojo y la audición, entre otras secuelas que le quedaron por el ataque.
Penzzi fue detenido en 2021 luego de estar varios años prófugo. Alejandra Ramírez, la mamá de la víctima expresó: “No estoy conforme con la cantidad de años que se pidió por todo lo que Maira sufrió en el tiempo que estuvo en tratamiento, pero me explicaron que por ley corresponde entre 12 y 15 años. Mi hija estuvo cinco años en tratamiento y le quedaron varias secuelas. Gracias a Dios hoy lo puede contar ella, pero fueron años muy difíciles”.
Según el relato de la mujer, Penzzi siempre tenía ataques de celos y en más de una oportunidad golpeó a su pareja. El 25 de diciembre de 2011 Maximiliano Penzzi atacó a su pareja Maira Maidana en una casa de Rafael Calzada, donde vivían con sus dos hijos menores de edad.
Antes de rociarla con alcohol y prenderla fuego, el agresor vació el tanque de agua de la casa con el objetivo de que ella no pudiera apagar las llamas de su cuerpo. La mujer se salvó porque se tiró a la pileta de lona que tenía en el patio.
Desde que fue atacada por su pareja, Maira fue sometida a 69 operaciones, perdió la visión de un ojo y parte de la audición. Después de años de tratamientos neurológicos logró que le desaparecieran las secuelas epilépticas. Pasó dos meses en terapia intensiva y otros tres en una sala común. Tiene parte del rostro, el cuello y el torso quemados.