Con una inflación que cerrará el año en el histórico 48 por ciento, con una economía estancada, con despidos que en los últimos dos meses sumaron más de 100 mil, con la vuelta a una deuda descomunal con el FMI y con tarifazos que no se detendrán, Mauricio Macri cumple hoy tres años al frente de gobierno nacional.
Con pronósticos que indican que recién en junio del año que viene la economía dejará de caer, Macri dijo en su última aparición pública que ya no quiere hacer pronósticos luego de la anunciada “lluvia de inversiones”, de los “brotes verdes” y del “segundo semestre”, que jamás se concretaron.
La pérdida estrepitosa de la imagen del presidente en el último año, arrastrada por los aumentos en los servicios públicos, la devaluación histórica del dólar, que en tres meses duplicó su valor hasta llegar a los 40 pesos, desató una escalada de aumentos que frenó el consumo y desató la crisis de las pequeñas y medianas empresas, que ya cierran sus puertas.
Solo en la zona sur, las metalúrgicas Stöckl (Burzaco), Canale (Llavallol) y Palagi Hermanos (Temperley), la histórica Siam en Avellaneda, la fábrica de medias Apogeo de Sarandí, figuran entre las empresas señeras que han tenido que bajar la persiana debido al explosivo cóctel de falta de ventas y servicios impagables.
Con una conflictividad social en aumento, el gobierno no logró cumplir ninguna de las promesas de campaña: devaluó la moneda con un dólar que determinó la renuncia del presidente del Banco Central, el tercero desde que Macri es presidente, desató tarifazos en todos los servicios públicos y eso frenó la economía y determinó cierre de fábricas y de una inmensa cantidad de comercios.
Hace unos meses, eliminó ministerios claves como Trabajo, Salud y Cultura, desatando duras críticas en la oposición. Echó a su ministro de Energía y accionista de la petrolera Shell, Juan José Aranguren, para tratar de darle aire político a su gobierno luego de cerrar un acuerdo que determinó una deuda pagable en 100 años.
Un aumento descomunal de los medicamentos, la quita de los beneficios a personas con discapacidad, la falta de pago a instituciones como el Cottolengo Don Orione de Claypole, ilustran una manera de achicar el estado hacia los sectores más vulnerables.
Sin margen de error, con un descrédito creciente en la población, con poca ascendencia entre sus ministros, Macri cierra su tercer año en el gobierno con el desafío de crear consensos adentro de las cámaras para sancionar leyes pedidas por el FMI y tratar de impedir el desborde una situación social que parece ir ganando temperatura con cada una de sus medidas.
Tensión con sus aliados radicales, que le reclaman a Macri más espacio en el gobierno, Macri dice hacia afuera que está listo para competir por la reelección en 2019, pero sabe que con la economía en contra y con el peronismo unido será difícil ganarse la simpatía de quienes hoy se arrepienten de haber creído en sus promesas de campaña.