“Ellos dos la mataron”. Con esa determinación el marido de Ayelén Roldán culpó de la muerte de su esposa embarazada de seis meses a la pareja dueña de la casa en la cual su mujer trabajaba cono niñera y en la cual murió ahorcada en la noche del lunes. “Qué casualidad que vino ella sola a la casa y el marido no”, dijo el marido de la joven de 19 años.
El hombre respondió sobre el testimonio de Natalia, dueña de la casa en la que murió Ayelén, que declaró ante la justicia que la noche del lunes tuvieron sexo grupal ella, su marido y la joven fallecida, dijo que se fueron de la casa a las 20.30 y al regresar Ayelén estaba muerta en la cocina. “Eso de que tenían sexo es todo mentira, Ayelén era muy seria y nunca se hubiera prestado para eso. A la fuerza no le iban a hacer nada porque ella tenía fuerza y sabía defenderse”, dijo el hombre en diálogo con TN.
Además, el marido de la víctima desmintió que su esposa fuera swinger ni que trabajara como niñera de los cinco hijos de la pareja acusada del crimen. “Se la llevaron porque le dijeron que iban a la feria de La Salada a comprar ropa”, indicó. Sobre ese tema hay algo que tampoco está claro. Natalia dijo que de la casa faltaban dos bolsas con ropa y zapatillas.
El papá de Ayelén, por su parte, atacó a la policía: “No entiendo por qué los soltaron”. La hermana de la víctima dijo que Ayélen conocía hace poco a los acusados.
Ayelén Roldán murió en la noche del lunes. Los dueños de la casa dijeron que tras mantener una relación sexual con Ayelén salieron a encontrarse con un hombre y cuando volvieron la joven había sido estrangulada con un cable del DVD. Estaba tirada en la cocina con la cara morada, la ropa rasgada pero no estaba desnuda.
Otro de los puntos oscuros es que en el momento del crimen había cinco niños en la casa, uno de ellos de 12 años, a quienes la joven fallecida, supuestamente, estaba cuidando. Según la madre de los pequeños y acusada del crimen, ninguno de los chicos vio ni escuchó nada. “Yo les pregunté y me dijeron que no habían escuchado nada”, contó Natalia.
Aunque admitió que en la cocina, donde la joven estaba estrangulada, la mesa estaba corrida del lugar y había un frasco de vidrio y vasos rotos en el piso. Tanto al dueña de casa como su marido declararon ante la fiscal y están libres.